La guerra
impone su dinámica en la castigada región minera e industrial de Donbás (las
provincias ucranias de Donetsk y Lugansk), mientras se debilitan las esperanzas
de resolver por la vía diplomática el conflicto que involucra a las tropas
leales a Kiev y los separatistas del este de Ucrania, apoyados por Rusia. Moscú no ha
reconocido formalmente las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y
Lugansk (RPD y RPL, respectivamente), pero ha manifestado “respeto” por las
elecciones realizadas por los insurgentes el pasado 2 de noviembre y contrarias
a los acuerdos de Minsk.
En diferentes puntos de la región hubo combates el miércoles, incluido el
aeropuerto de Donetsk, convertido en ruinas. A grandes rasgos, las ubicaciones
de los enfrentamientos indican que las tropas de Kiev siguen tratando de crear
una brecha entre Lugansk y Donetsk con el fin de quebrantar la resistencia
secesionista. Los insurgentes, a su vez, tratan de lograr una salida al mar de
Azov.
El
secretario general de la OSCE, Lamberto Zannier, ha reconocido que la misión de
observadores de esta organización tiene graves problemas para desplazarse,
especialmente cuando intenta llegar a la frontera con Rusia desde Ucrania,
según informó el servicio Liga.net. Aparte de las razones de seguridad, Zannier
mencionó los “obstáculos por parte de las autoridades locales”. El alto
funcionario relacionó el intenso fuego de artillería en la zona de Mariúpol con la preparación de los insurgentes para una nueva operación militar. No obstante, Zannier reconoció
que no tenía acceso a las posiciones desde donde se disparaba y explicó que los
insurgentes habían intentado derribar un avión no pilotado que fue enviado a la
zona bajo su control a principios de noviembre. El martes, en el mar de Azov,
posiblemente en aguas territoriales rusas, se registró una explosión que se oyó
desde Mariúpol.
En Kiev,
el ministro de Defensa de Ucrania, Stepán Poltorak, manifestó el miércoles que
era necesario prepararse para acciones bélicas “en vista del incremento de las acciones”
de los insurgentes y por parte de Rusia. Según el ministro, fuerzas de reserva
se preparan ya para la acción y se refuerzan las instalaciones de la primera y
segunda línea de defensa de la denominada Operación Antiterrorista (ATO). El
ministro manifestó que las tropas ucranias están dispuestas a reaccionar ante
el cambio de la situación y que durante la última semana su departamento ha
firmado contratos de compra de equipo y armas por un total de 1.000 millones de
grivnias (unos 50 millones de euros). Los insurgentes están recibiendo también
ayuda bélica por parte de Rusia, a juzgar por las columnas de camiones cargados
de equipamiento y carros blindados no identificados que han sido vistos en los últimos días en Donetsk.
La
población civil en la zona controlada por los insurgentes sufre con dureza las
consecuencias de la guerra. En el interior de la mina Zasiadko
, 467
mineros estuvieron atrapados el martes durante más de siete horas por falta de
electricidad. La mina pertenece a las estructuras comerciales de Efim
Zviagilski, un ex primer ministro deUcrania elegido
como diputado de la Rada Suprema, el más veterano del nuevo Legislativo. La
mina en cuestión es conocida por sus trágicos accidentes, entre ellos el
registrado en 2007 en el que perecieron 101 mineros. Por otra parte, la página
web del diario municipal de Donetsk informaba de que 2.445 abonados estaban sin
gas y que los esfuerzos de los servicios de reparación se ven frustrados por
los tiroteos. Donetsk se ha llenado de comedores benéficos y la población se
muda desde los peligrosos barrios periféricos, muy dañados por las cargas de
artillería, a los barrios del centro, manifestaron fuentes locales por
teléfono.
Existirá cultura de la paz cuando las figuras públicas favorables a la cultura de la violencia se den cuenta de que las guerras engendran sociedades belicistas.
Cora Weiss
La guerra se impone a la diplomacia en el este de Ucrania
La guerra se impone a la diplomacia en el este de Ucrania, una guerra impone su dinámica en la región minera e industrial de Donbás, el conflicto que involucra a las tropas leales a Kiev y los separatistas del este de Ucrania, apoyados por Rusia. Mencionan tener respeto por las elecciones pasadas en este mes, pero no podemos decir que tienen respeto ya que solo existe guerra entre estos. Ya que se han presentado diversos enfrentamientos, en donde se encuentra un punto importante el aeropuerto de Donetk, el cual se convirtió en un campo de batallas, en donde las tropas de Kiev siguen creando una brecha entre Lugans y Donetskcon el fin de transgredir la resistencia secesionista, y los insurgentes tratan de lograr una salida de Azov.
Lamberto Zannier, reconoce que la misión de observadores de esta organización tiene asignes problemas para desplazarse, principalmente cuando aspira llegar a la frontera con Rusia desde Ucrania, Zannier reconoció que no tenía acceso a las posiciones desde donde se disparaba y explicó que los insurgentes habían intentado derribar un avión no pilotado que fue enviado a la zona bajo su control a principios de noviembre, en este caso lo que se puede percibir es que mientras unos atacan con violencia, la gente de Zannier responde con violentos atentados para la población. y ellos no se preocupan por su gente solo los interesa el poder, como en este caso en lugar de llegar a acuerdos para evitar más muertes y más terrorismo en la población. el responde que si se trata de una guerra ellos responderán con lo mismo ya que El ministro manifestó que las tropas ucranias están dispuestas a reaccionar ante el cambio de la situación y afirman que la última semana su departamento ha firmado contratos de compra de equipo y armas por un total de 1.000 millones de grivnias (unos 50 millones de euros). Este tipo de actos nos deja ver la falta de sensibilidad humana hacia su población, ya que prefiere gastar 50 millones de euros en una guerra irracional, que en tratar de conciliar con inteligencia y suspicacia esta guerra donde ha cobrado vidas de mucha gente, debido a sus enfrentamientos.
Como pasó en la mina Zasiadko 467 mineros estuvieron atrapados el martes durante más de siete horas por falta de electricidad. Debido a estos actos violentos, Por otra parte, informan de que 2.445 abonados estaban sin gas y que los esfuerzos de los servicios de reparación se ven frustrados por los tiroteos. esto no pasaría si las autoridades reflexionaran sobre los combates que se están llevando a cabo dentro de sus territorios, pero al parecer esto no les importa ya que Donetsk se ha llenado de comedores benéficos y la población se muda desde los peligrosos barrios periféricos, muy dañados por las cargas de artillería, a los barrios del centro. Es algo absurdo que en pleno siglo XXI las autoridad se sigan guiando por instintos y no por la razón, y como resultado obtenemos actos violentos y terroristas que solo amenazan con terrorismo a la población